jueves, 28 de mayo de 2015

Adiós a un gran amigo: Manuel Ramón Alarcón

Hoy se ha celebrado en Sevilla un acto cívico en memoria de Manuel Ramón Alarcón, fallecido en la madrugada del 26 de mayo. De tan triste suceso han dado cuenta los blogs hermanos de Antonio Baylos y Eduardo Rojo ( http://baylos.blogspot.com.es y  http://www.eduardorojotorrecilla.es). El acto de hoy ha congregado una gran cantidad de amigos y familiares de Manuel Ramón a los que han dirigido la palabra dos de sus hijos, su discípulo José Manuel Gómez Muñoz, uno de sus cuñados y su esposa Margarita de Aizpuru. El dolor por su pérdida se fue aliviando cuando se desgranaban diversos aspectos de la personalidad de Manuel Ramón, muchos de ellos conocidos por la mayoría de los asistentes como su lealtad con los amigos, su calidez con la familia, su generosidad, su cultura y honestidad intelectual, su gran categoría como profesor que conectaba con sus alumnos y su alegría que se evidenció de una manera especial cuando sus hijos y esposa desvelaron que su idea para un acto como el que celebrábamos era que hubiese un video suyo animando a la gente a seguir adelante con un fondo de música de rock, y en el que acabaría invitando a la concurrencia a que a continuación se fuese de juerga, cosa que no se pudo hacer.

Margarita recordó su militancia en Acción Comunista en los años finales, pero terribles, de la dictadura. Una militancia de la que nunca renegó. Al contrario, estuvo orgulloso de haber sido candidato en las elecciones del 1977 en el Frente Unido de los Trabajadores, una coalición de pequeños partidos de la familia comunista que algunos calificaban, no vamos a entrar si con razón o sin ella, de “izquierdistas”. Es seguro que a Manuel Ramón le hubiese gustado ver a tanta gente allí congregada para dejarles dicho bien claro que  hoy más que nunca los hechos recientes en Europa, pero sobretodo en nuestro país, muestran la vacuidad y  la falsedad de aquellas ideas ( o moda) del postmodernismo, tan en boga desde los años 90 del siglo pasado, puestas en circulación por liberales y social-liberales (algunos de estos últimos conocidos suyos sevillanos),  sobre la inutilidad de una ética de la resistencia contra los poderes oligárquicos que aplastan la igualdad y la libertad y lo obsoleto del compromiso político con la causa de la justicia social por un mundo mejor. Manuel Ramón estuvo muy consciente hasta el final y pudo gozar viendo como un nuevo y esperanzador tiempo se abrió con las elecciones municipales y autonómicas del domingo pasado. La coherencia y el compromiso, diría, acaban triunfando. Es un buen legado entre otros muchos que nos ha dejado.


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