jueves, 26 de septiembre de 2013

¡VIVA CHILE, VIVA MI PUEBLO, VIVAN LOS TRABAJADORES!


Hace 40 años, la avaricia de unos depredadores, la traición de unos serviles,  la infamia de unos malvados y  la hipocresía de unos pusilánimes rastreros hundieron a sangre y fuego en Chile las aspiraciones de un pueblo a vivir con dignidad. Las huellas de la dictadura y del neoliberalismo que implantó siguen presentes en tan hermoso país, aunque hoy hay una efervescencia que no había en muchos años y algo más que la sanción moral cayó sobre algunos sapos iscariotes  de aquella repugnante dictadura. Conviene recordar hoy el mensaje que Salvador Allende hizo poco antes de morir:

¡Trabajadores de mi patria!: Tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gis y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile, viva mi pueblo, vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que , por lo menos, habrá una sanción moral que castigará la felonía, la cobardía, la traición.

La traición, la felonía imperan hoy en Europa y en particular en España en la que un partido corrupto gobierna traicionando sus promesas electorales. Tienen que abrirse también en España las grandes alamedas por las que pase el aire limpio y detrás una gigantesca  muchedumbre alegre y fraterna para la que este periodo sea  solo una pesadilla de una casi olvidada noche con resaca.


Joaquín Aparicio Tovar. Santiago de Chile, 26 de septiembre de 2013.





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