lunes, 21 de marzo de 2011

VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN





El sábado 19 de marzo, en la Plaza Mayor de Madrid, cientos de personas se reunieron para exigir Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas de la masacre franquista y en solidaridad con el juez Baltasar Garzón. La convocatoria la hacían los sindicatos CCOO y UGT y varias asociaciones en defensa de la memoria y de solidaridad con las víctimas de la dictadura a la que se sumaron los artistas imprescindibles, los que nunca fallan cuando están en juego las más hermosas causas cívicas. Allí estaban personas que habían sufrido con saña los rigores de la represión franquista, como Marcos Ana o Concha Carretero, compañera esta de algunas de las 13 rosas. Su vigor que la avanzada edad no ha debilitado, la fuerza de sus convicciones, su ausencia de rencor, a pesar de todo lo que han sufrido, emocionaba a quienes bajo el picor del sol primaveral no se cansaban de escuchar el testimonio y la poesía con que los sucesivos oradores les confortaban frente a las ignominias del mundo en el que vivimos, en el que los verdugos de siempre vuelve a ejercer su papel a través de la mano ciega de un aparato judicial que se deslegitima y deteriora la democracia. El canto a capela de un poema de García Montero que hizo un genial Miguel Ríos fue un vibrante colofón del acto que tuvo momentos sublimes, como cuando Juan Diego hizo una magistral lectura del poema de León Felipe que sigue.


Pero ya no hay locos.



Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos. Se murió aquel manchego, /aquel estrafalario fantasma del desierto y ... ni en España hay locos. /Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo. /Oíd ... esto, /historiadores ... filósofos ... loqueros ... /Franco ... el sapo iscariote y ladrón en la silla del juez repartiendo castigos y /premios, /en nombre de Cristo, con la efigie de Cristo prendida del pecho, /y el hombre aquí, de pie, firme, erguido, sereno, /con el pulso normal, con la lengua en silencio, /los ojos en sus cuencas y en su lugar los huesos ... /El sapo iscariote y ladrón repartiendo castigos y premios .../y yo, callado, aquí, callado, impasible, cuerdo ... /¡cuerdo!, sin que se me quiebre el mecanismo del cerebro. /¿Cuándo se pierde el juicio? (yo pregunto, loqueros). /¿Cuándo enloquece el hombre? ¿Cuándo, cuándo es cuando se enuncian los /conceptos /absurdos y blasfemos /y se hacen unos gestos sin sentido, monstruosos y obscenos? /¿Cuándo es cuando se dice por ejemplo: /No es verdad. Dios no ha puesto /al hombre aquí, en la Tierra, bajo la luz y la ley del universo; /el hombre es un insecto /que vive en las partes pestilentes y rojas del mono y del camello? /¿Cuándo si no es ahora (yo pregunto, loqueros), /cuándo es cuando se paran los ojos y se quedan abiertos, inmensamente abiertos, /sin que puedan cerrarlos ni la llama ni el viento? /¿Cuándo es cuando se cambian las funciones del alma y los resortes del cuerpo /y en vez de llanto no hay más que risa y baba en nuestro gesto? /Si no es ahora, ahora que la justicia vale menos, infinitamente menos /que el orín de los perros; /si no es ahora, ahora que la justicia tiene menos, infinitamente menos /categoría que el estiércol; /si no es ahora ... ¿cuándo se pierde el juicio? /Respondedme loqueros, /¿cuándo se quiebra y salta roto en mil pedazos el mecanismo del cerebro? /Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos. Se murió aquel manchego, /aquel estrafalario fantasma del desierto /y ... ¡Ni en España hay locos! ¡Todo el mundo está cuerdo, /terrible, monstruosamente cuerdo! ... /¡Qué bien marcha el reloj! ¡Qué bien marcha el cerebro! /Este reloj ..., este cerebro, tic-tac, tic-tac, tic-tac, es un reloj perfecto ..., /perfecto, ¡perfecto!

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